O pensar en qué haré cuando salga del examen, ni mucho menos, la de mojitos que me beberé este finde.
O en el viaje que quiero hacer al fin del mundo cuando terminen los exámenes.
O en lo maravilloso que sería ese viaje si me tocase justo antes de irme la lotería.
¿Ves por qué no se puede? ¡Ni siquiera juego a la lotería!
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Nunca dejes a tus pensamientos prisioneros...