lunes, 17 de junio de 2013

...En si merece la pena

A veces pienso si merece la pena. Es decir, naces, creces, te reproduces (¿?) y mueres. ¿De verdad es necesario complicarlo tanto? Vidas llenas de grandes celebraciones y grandes tristezas. De estudios, trabajo, hipotecas... de tantas cosas que queremos y no necesitamos, de tantas cosas que no queremos querer y tanto vamos a necesitar... Cuándo llegamos a esto, en qué punto entre el taparrabos y los smartphone nos perdimos, por qué esa necesitad de sentirse útil para la sociedad se vuelve tan autodestructiva que nos succiona la vida. 
Ahora miro a mi alrededor y veo padres que han consumido sus vidas en lugar llamado trabajo, sea cual sea, he intentan recuperar el tiempo perdido viendo fotos y vídeos de cómo sus hijos aprendieron a caminar, ha hablar... recordando algo que no pueden recordar, porque no estaban ahí.
Veo a jóvenes de 15 y 16 años que ya pasan las noches entre pilas de apuntes, desperdiciando las noches de sueños adolescentes, de sueños húmedos y alegres de primeras veces y besos encontrados.
Y me veo a mi mirando esto desde fuera, o intentándolo, ya que la corriente es fuerte y mis brazos están desentrenados. Desde que dejé la carrera he intentado darle importancia a eso que dice mi padre, eso de que la edad avanza y que necesito un oficio. Cuanto más lo pienso menos sentido le encuentro, yo busco la manera de trabajar y ser feliz, y no veo que ninguno de mis amigos o conocidos titulados tenga una cosa ni la otra.
Después de mucho mediar he decidido mandarlo todo a la mierda. A los formalismos, a los papeles, a las etiquetas y a las horas perdidas. 
Voy a montar algo, seré mi propia jefa. Trabajaré muchas horas, quizás demasiadas, pero será por mi proyecto, no por el de otro. Viviré una vida decente, puede que nunca llegue a tener una casa propia, puede que la mayoría de los meses me cueste llegar a fin de mes, pero no me quedaré de brazos cruzados viendo como un sistema impuesto me destroza. 
Prepárate mundo, porque pase lo que pase estoy dispuesta a ser feliz.

Espero que todo el que lea esto también lo sea :D

jueves, 16 de mayo de 2013

En la huída

Siempre huyo. No me preguntéis por qué. Bueno sí, preguntádmelo y obligadme a admitir que no soy más que una cobarde que huye de sus propias ideas, que quiere borrar sus experiencias.

Huyo sin mirar atrás, pero cuando los ojos que veis en la cabecera del blog me devuelven la mirada en cualquier espejo... Lo veo ahí, en el fondo. Mis recuerdos afloran y mis propias miradas me acusan.

Es tan tentadoramente cálido sentirse comprendida por quien no conoces...

Así que aquí me tenéis, una vez más, sin saber cuánto tardaré en huir esta vez.

viernes, 10 de febrero de 2012

Tú a Londres y yo.... ¡yo aquí me quedo!

Empecemos por el principio, yo tengo un amigo, que es para mi como un hermano. Un amigo que es como un hermano es perfecto porque te quiere como un hermano y no te hace las putadas que te suele hacer el mío por ejemplo. Para redondear, es gay, y aunque suene a niñata moderna eso mola. Mola porque le gusta mirar ropa conmigo, hablar sobre tíos que están potentes y criticar sin reparo a las chonis, pero no es una maricona loca de esas que van gritando por la calle ¡Maricón! y cosas por el estilo. Se llama Charly y hace poco tomó la decisión de irse a vivir a Londres.

Yo le entendí porque él es actor y la cosa aquí va de culo, cuesta abajo y sin frenos, y como amiga tengo que apoyarle pase lo pase y animarle si pienso que eso va a mejorar su vida. La cosa es que al principio lo llevé hasta bien, teniendo en cuenta que se marchaba lejos uno de los pilares de mi vida, pero los días se me escapan entre los dedos y yo liada con las cosas de la agrupación los intentaba alargar sin resultado alguno... y así llegó el gran día.

Hoy hace ya una semana de eso, fue una noche de locura, mi novio y yo tuvimos que aparcar en un descampado y correr como conejillos en la pradera, atravesar cuatro carriles de autovía y meternos por el parking del aeropuerto para poder cruzar corriendo las 3 terminales que me separaban de una amarga despedida. Llegué y le apretujé "te jodes, sé que no te gusta pero no sé cuándo podré volver a estrujarte" y le planté un besazo, Se metió donde el control de seguridad y una mujer me tuvo que regañar por querer hacerle una foto quitándose las 20.000 capas de ropa que llevaba, mientras se alejaba me volví hacia su madre con emoción contenida y le solté: "los crías y un día... se van". A lo que su madre, conocida entre nosotros como "La Cartera" me contestó con una risita y una mirada de "menuda zumbada".

Aguanté como una campeona mientras íbamos a picar algo, pero cuando íbamos para casa de Lorelai, mi amiga y directora de agrupación, a escuchar si pasábamos de fase o no, mi novio puso en el coche una canción que mi Charly se estaba preparando para un casting... y lloré, y lloré y lloré.... y de mocos me llené! Menudo mal rato, mi novio intentando consolarme en directo y Lorelai por Whatsapp. Que si es lo mejor para él, que es para su bien, que seguro que vuelve de vez en cuando y si no vamos a verlo nosotros a él... ¡Sí, pero a mí el corazón partío no me lo quita nadie!

Le mandé un mensaje por Whatsapp súper emotivo diciéndole que pasase lo que pasase aquí me tendría y que si por lo que sea no le iba bien siempre tendría aquí mis brazos para recogerle a la vuelta... Si, si, si yo he llorado tú también vas a llorar mamón... Me contesta a las 3 de la madrugada y me dice que ha llorado (ou yeah, objetivo conseguido) que está bien y que todo ha ido genial. Ya me quedo tranquila.

La consecuencia de todo esto esto es que yo soy de sinusitis fácil y en cuanto lloro una colonia de mocos se instala en mi nariz para quedarse, así que respiro por la boca y con esto del frío polar acabo mala de la garganta. 5 noches en un teatro abarrotado sin poder respirar bien y con la garganta seca, qué alegría... Escribo la primer noche a Charly "DEVUÉLVEME MI SALUD CABRÓN" me contesta "jajajaja".

Al tercer día de su estancia en Londres recibo un Whatsapp: "Cariño me vuelvo, Yo he madurado y Londres no". Mi primera reacción fue de alegría, pero después poco a poco se me fue poniendo cara de mecagoentoloquesemenea que no podía con ella... ¡¡y yo con con los mocos de la llantera!!

Así que aquí estoy, esperando a que en un par de semanas vuelva para tirarle de las orejas y decirle que le quiero :D

 Ah! Y aún sigo llena de mocos :s